‘Garaje Grill’, a este americano sí querrás ir con niños

Que levanten la mano los padres que estén hartos de ir a restaurantes americanos poco apetecibles porque allí los niños comen estupendamente. De acuerdo, seguro que hay muchas manos levantadas y eso es porque los restaurantes americanos a los que estamos acostumbrados no ponen ningún mimo en la cocina –de hecho, tiran de precocinados– y mucho menos cariño en la elección de un buen producto. Pues eso se acabó, Garaje Grill ha decidido que padres e hijos van a disfrutar por igual de la comida estadounidense y lo consigue con una materia prima inmejorable y con platos caseros en el corazón del barrio de Salamanca.

Vayamos a lo práctico, ¿qué tienen para los niños? Para los abonados a los menús infantiles tienen una mini burger servida con patatas fritas y un mini brownie; y los chicken kids, que son unas tiras de pollo empanado, también con patatas y brownie. Pero lo cierto es que hasta los más escépticos con la comida meterán la mano en los platos de los adultos, porque aquí triunfan las costillas y ellas no entienden de edad. Son de cerdo blanco Duroc, una carne cocinada a fuego lento durante ocho horas en un horno de leña de Hickory que se despega sola del hueso, y las han ideado en tres versiones: las que gustarán seguro a los pequeños son las costillas ‘el Garaje’, con una salsa barbacoa casera, patata al horno rellena de queso y bacon y ensalada fresca de col; las asiáticas son para paladares con un poco de rodaje pues van caramelizadas con salsa de soja y jengibre (también casera) y acompañadas de patatas fritas y col; y las ‘de la Vera’ están restringidas para adultos por el ligero picante, van acompañadas de puré de boniato y pimientos de Padrón.

Los entrantes también se compartirán. Los fingers de queso, cien por cien caseros y con un empanado crujiente de orégano, son la apuesta segura. También las croquetas, cremosas y hechas a base de costilla ahumada y pimentón dulce. O la torre de patatas con barbacoa, queso, frijoles y toda una suerte de ingredientes que les harán chuparse los dedos. Y para hacerles ver que las verduras también son dignas de estar en su plato, llegan los los dips de queso con espinacas y alcachofas, una fondue cremosa con el toque de las verduras que se come con nachos.

A la hora del postre quizá sean los adultos quienes se decanten por la carta de los niños. Y es que, a pesar del crumble caliente de manzana y el brownie, aquí lo espectacular son los batidos. Tienen dos que cuando los ves venir parecen esculturas. El ‘Willy Wonka’, un batido de chocolate y caramelo coronado con nata, barquillos, un brownie de chocolate y algodón de azúcar casero, servido en una jarra transparente por la que resbala chocolate negro ya sólido por el frío. O el ‘Alicia en el País de las Maravillas’, de galletas Oreo con topping de nata, galletas, algodón de azúcar y chocolate blanco cubriendo la jarra.

La cocina está abierta todo el día, así que se puede pedir cualquier plato de la carta en cualquier momento. Cuentan con tronas y cambiador y con un espacio acogedor para que comer en familia sea cómodo y más que agradable y, por qué no, una excusa para darse un homenaje, quizá con Willy Wonka sentado a la mesa.

* Fotos: Paco Monanet

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Precio medio carta 30-40€; menú kids 8€

 

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