Hoy en día, aquel padre o madre que no haya pasado al menos una tarde en un parque de bolas, puede considerarse una auténtica rareza entre su especie. Y es que, esta forma de ocio infantil urbano se ha convertido en un must entre la juventud menor de 8 o 10 años.
Dinopeppino (Mártires de Alcalá, 9 <M> Ventura Rodríguez) puede decir con orgullo que es el centro de recreo infantil pionero en Madrid –y en toda España–, y el que más tiempo lleva en activo. Sus más de veinte años celebrando cumpleaños y recibiendo a niños y niñas entre sus mullidas superficies, les ha permitido ver cómo los que un día fueron pequeños sumergidos entre sus bolas de colores, hoy llevan a sus hijos a divertirse en el mismo lugar donde ellos lo hicieron.
Pese a estar situados en pleno centro de Madrid, cuentan con unas instalaciones que rondan los 1.000 metros cuadrados, en los que caben dos piscinas de bolas, dos camas elásticas, dos castillos hinchables, una pista americana con toboganes y pasadizos, una cancha de baloncesto, un amplio comedor para meriendas, zona de juego para los más pequeños y hasta ¡un campo de fútbol! Además, sigue quedando espacio para que los padres puedan descansar en una salita especialmente acondicionada para ellos con confortables sillones, en los que esperar tranquilamente mientras sus pequeños derrochan energía y disfrutan jugando.
Su fuerte son las fiestas de cumpleaños en las que, además de dos horas y media de uso y disfrute de las instalaciones, también cuentan con un variado menú de meriendas y su tradicional tarta artesanal. Pero a Dinopeppino también se puede ir a jugar todas las tardes después del cole, los fines de semana y algunos festivos y, ocasionalmente, también realizan talleres con diversas temáticas y pintacaras para todos los niños y niñas que los visitan.
Durante los más de veinte años que este parque de bolas lleva en activo han podido ser testigos privilegiados de cómo la diversión infantil ha ido evolucionando. Pese a la irrupción arrolladora de las nuevas tecnologías, aseguran que los niños siguen divirtiéndose con los mismos juegos de siempre. Dar libertad a la creatividad y a la imaginación para que puedan desarrollarse en un entorno estimulante fue, tanto ayer como lo es hoy, la mejor manera de que los más pequeños fomenten su aprendizaje y disfruten de una infancia feliz. Al equipo de Dinopeppino, nada le reconforta más que ver cómo han crecido aquellos que un día celebraron sus diez años con ellos y hoy celebran los de sus pequeños retoños.
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