
Cada vez son más las familias que ante la llegada de sus retoños, en lugar de sentir que sus aventuras y viajes terminan, consideran que comienzan unos nuevos. Cuando planeamos un viaje con niños, no cabe duda de que tanto las necesidades como los objetivos son distintos a cuando lo hacíamos solos, sin embargo, viajar en familia puede seguir siendo una aventura y un descubrimiento. Tener hijos, lejos de significar que se acabó el viajar o que nuestros destinos están condenados a atrincherarnos en resorts o visitar parques temáticos, puede abrirnos las puertas a descubrir juntos nuevos lugares y culturas, a disfrutar de la naturaleza junto a los que mejor le sacan partido a los espacios verdes y a aprovechar la experiencia para aprender en familia de todo lo que nos enseñan los viajes.
Algo así se planteó Hissora Linse cuando comenzó a coordinar los viajes de Paso Noroeste, una agencia de viajes de aventura con una trayectoria de 12 años organizando recorridos por todo el mundo. Entonces, su hijo mayor apenas tenía cinco años de edad, y madre e hijo viajaron durante un mes por Cuba. De aquella experiencia salieron muchas ideas y convicciones sobre cómo debe plantearse un viaje con pequeños. ¿La clave?: reservar muchos momentos para el juego libre.
Convencida de que el recuerdo de un viaje de estas características para un niño o niña sería más positivo si se encuentra rodeado de más niños de su edad, animó a Hissora a plantearle la idea de organizar viajes de aventura enfocadas a familias al dueño de Paso Noroeste, a quien le pareció una buenísima idea. Así, en el verano de 2015, Paso Junior (Gran Vía, 69, ático 1 <M> Plaza de España) comenzó a moldearse y en 2016, coincidiendo con la llegada de su segundo bebé, también nació, al amparo de Paso Noroeste esta agencia para viajar en familia.
Para Hissora, que es quien decide personalmente los países a los que viajar en familia y la ruta a seguir, organizar un viaje con niños no es muy distinto a organizar uno sin ellos, siempre y cuando se les tenga en cuenta, y se sea consciente de que sus ritmos son diferentes; no se trata de no ver templos, sino de en lugar de poner 9 en la lista, seleccionar los 5 más interesantes. Para evitar momentos de crisis, introducir paradas para el juego libre es fundamental, así como si se viaja a lugares cálidos, buscar hoteles con piscina o cerca de zonas de agua; ya sea mar, río o lago. En Paso Junior también tienen muy en cuenta los transportes internos, que muchas veces pueden ser largos y agotadores. Por eso, en sus rutas suelen decantarse por introducir paradas en los trayectos y buscar actividades interesantes entre medias. ‘Mi experiencia me dice’, confiesa Hissora, ‘que muchas veces son los padres los que tienen más problemas de adaptación y flexibilidad que los propios niños. Ellos, mientras les dejes jugar, se adaptan a todo’.
Para que los viajes de Paso Junior sean un éxito, Hissora piensa en un país al que poder ir con niños –fuera quedan aquellos que tengan conflictos políticos, los que estén bajo peligro de enfermedades contagiosas o epidemias y carezcan de vacunaciones, los que no tengan una red segura de hospitales…– y se decide por aquellos donde no haya que recorrer muchas distancias entre puntos interesantes, elige los momentos del año donde las condiciones climatológicas son menos incómodas y que puedan estar al alcance económico de una familia con cuatro miembros. Una vez decidido el país, investiga sobre qué hacer y visitar, organiza la logística, va montando un ruta… finalmente, se embarca con alguno de sus hijos para ver si funciona –como ahora, que se encuentra en Indonesia con su pequeño de 15 meses inspeccionando el terreno– y finalmente ofertan el viaje. Un mes antes de salir, se abre un foro con todos los viajeros para que propongan, opinen o pregunten. ‘Una vez empieza el viaje, también se puede ir modificando esta ruta. ¡Para eso es un viaje de aventura y no uno de pulserita! Si estamos en un sitio y nos gusta mucho, podemos alargar de aquí acortando de allá, o si durante el viaje decidimos cambiar de dirección porque hemos conocido a alguien que nos habla maravillas de algún lugar, pues ¡cambiamos de plan! Todo esto es siempre si todos estamos de acuerdo. Si no es así, seguimos la ruta que todos hemos acordado en el foro. Pero la verdad es que se crean muy buenas dinámicas entre las familias’, confiesa Hissora.
Además de las rutas ofertadas, que suelen coincidir con las vacaciones escolares y que cuentan con destinos tan fascinantes como Cuba, Tailandia o Indonesia, en Paso Junior también ofrecen ayuda para diseñar vacaciones a medida para familias que quieran viajar por su cuenta y salidas aventureras de fines de semana.
Viajar es de los mejores regalos que les podemos hacer a nuestros hijos. Cuando los pequeños viajan aprenden de otras culturas, de otras familias y de la suya propia. Viajar estimula la curiosidad, la confianza, la tolerancia, la paciencia, la valentía… les hace más observadores y respetuosos. Hissora recuerda como a su hijo mayor, ante una familia nómada del desierto, le llamó la atención que el niño de aquella familia, pese a no poseer más que un balón y cuatro palos, sonriese, corretease y saltase todo el rato. ‘Estos, –asegura Hissora– son los recuerdos que tendrán el día de mañana, no los de: corre, lávate los dientes que llegamos tarde‘.
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