‘Restaulandia’, este restaurante sí es para niños

Esta vez los adultos no llevarán el mando. Porque a Restaulandia son los mayores los que deberán ir acompañados por un niño, este es el reino de los pequeños, ellos son los que tienen pase VIP y a los adultos les toca disfrutar con ellos (si les dejan). En este oasis infantil de la calle Manuel Tovar se viene a comer bien y a disfrutar más.

Todo surgió cuando María Jesús Herranz y Rubén González se cansaron de no tener realmente un restaurante apropiado para niños o, lo que es peor, de esos restaurantes que dicen estar indicados especialmente para los pequeños pero que sirven menús de poca calidad y les entretienen en espacios reducidos con el único objetivo de que no molesten a las mesas. En Restaulandia el concepto es el contrario, aquí el objetivo no es tenerles entretenidos, sino que de verdad disfruten de la comida y del placer de salir a darse un homenaje, eso sí, a su medida. Los animadores y su mascota, Dino, reciben a las familias nada más llegar y conducen a los niños a un amplio salón de juegos donde harán talleres y disfrutarán de las actuaciones, la música y la animación especialmente pensada y elaborada para ellos. Mientras, los adultos pueden tomar un aperitivo, probablemente no tan divertido como lo que sucede en la sala contigua.

A continuación llega la hora de comer. Y como está mandado, la familia se junta en torno a una mesa de un restaurante perfectamente normal en lo que a la carta se refiere. Es decir, aquí los niños no comen platos precocinados ni fritos congelados ni mini pizzas prefabricadas; el producto es de primera y los platos han sido especialmente creados para que les gusten, para que disfruten y para que, por supuesto, se alimenten de forma equilibrada. Para ellos se ha diseñado un menú infantil en el que pueden elegir entre arroz a la cubana con cinta de lomo, macarrones boloñesa y nuggets de pollo, y hamburguesa Restaulandia con patatas, todos caseros. Los adultos disfrutarán con platos más elaborados como la crema de calabaza con crujientes de jamón y pipas tostadas, la ensalada de queso de cabra con tomates confitados, el risotto de boletus y el wok de verduras. Esto de primero, y de segundo, carrillera de ternera sobre lecho de revolconas, lomo de merluza, tartar de atún rojo y entrecot para los más carnívoros. Ambos menús cambian según el producto de temporada y son personalizables por cuestiones de celiaquía y otras enfermedades y alergias alimentarias, avisando con tiempo al restaurante.

Restulandia también reserva su espacio para celebraciones, cumpleaños o fiestas. Y que nadie se preocupe por los padres, esta vez son ellos los que tendrán una sala para ‘no molestar’.