Todos sabemos lo agradable que resulta para el paladar la buena cocina, pero hasta hace bien poco, la posibilidad de convertir los alimentos en grandes manjares, parecía reservada al mundo adulto. Sin embargo, cada vez son más los niños que se interesan por la gastronomía, demostrando buenas dosis de habilidad e imaginación y un interés por la alimentación que rompe con la idea de que a los niños sólo les gustan los fritos y las comidas ricas en grasas y azúcares.
La cocina es una afición en alza que atrae a grandes y pequeños. Además del gusto por la comida y lo indiscutiblemente positivo que resulta para la buena alimentación de los pequeños, aporta muchos otros beneficios: autonomía, seguridad en sí mismos y ese maravilloso sentimiento de sentirse capaces de hacer lo que se propongan.
PUNTO COOK, cocinar como ‘medio’, no como ‘fin’
Punto Cook (Camino del Cura, 10. Alcobendas <M> Las Tablas) es la escuela de cocina de Esther Barrio, hermana del tristemente desaparecido chef Darío Barrio, quien, en noviembre de 2014, abandonó su trabajo como arquitecta para dedicarse a su verdadera pasión: la cocina. En Punto Cook ofrecen cursos para niños y niñas a partir de 5 años hasta adolescentes, clases extraescolares, días sin cole y cumpleaños. ‘A través de esta experiencia, les demostramos que ellos pueden y que son capaces de cocinar y comer de todo. Cocinando fomentamos el trabajo en equipo, el orden y la responsabilidad’ –afirma Esther, quien concibe la cocina como un medio para aprender valores muy importantes, no como un fin en sí misma. En Punto Cook también trabajan con niños con problemas de trastornos alimentarios con el objetivo de cambiar su relación con la comida; al cocinar, prueban y se divierten, y así dejan de ver la comida como algo conflictivo. Además, Punto Cook cuenta con un espacio muy visual, deliciosamente diseñado por la propia Esther.
FOOD ROMANCE COMPANY, donde se enseña a los niños como a los adultos

Foto: Lara Loggia Photography.
En Food Romance Company (Ulises, 49 <M> Arturo Soria) ofrecen tres tipos de cursos para niños y niñas: los ‘Pequeños Chefs’, para a partir de 8 años, son cursos de dos horas y media en los que los pequeños aprenden a cocinar un menú completo, para después comérselo todos juntos; campamentos de cocina para vacaciones y días sin cole, donde los propios alumnos preparan su desayuno, pasan la mañana realizando juegos alrededor de la cocina y familiarizándose con los alimentos y los ingredientes, y acaban el día realizando un menú completo que comen juntos; por último, ofrecen los cursos para padres, madres e hijos, orientados a niños a partir de 6 años, mientras los más pequeños se inician en la cocina, los progenitores disfrutan de un estupenda actividad compartida. En esta escuela saben que los buenos hábitos alimenticios se tienen que cultivar desde la infancia, por eso se esfuerzan en dar a conocer nuevos platos e ingredientes, explicándoles las temporadas de cada alimento. Para que todo funcione mejor, adaptan recetas con ingredientes sanos que normalmente les cuesta probar y juegan con las formas y las presentaciones. En Food Romance Company consideran la cocina un medio estupendo para transmitir valores como el respeto a la naturaleza, el reciclaje, el trabajo en equipo o la importancia de la organización. La clave de su éxito está, precisamente, en el planteamiento de sus cursos, que son iguales tanto para el público infantil como el adulto.
APETIT’OH!, cocina familiar para el día a día
Apetit’oh! (Garibai, 6 <M> Conde Casal/Pacífico) es una escuela familiar montada por una madre –ahora abuela– y una hija –ahora madre– cuyo principal objetivo es enseñar a los niños y niñas una base para que aprendan a cocinar de manera autónoma. En sus talleres con alumnos más jóvenes –quienes apenas cuentan con 4 años– se dan nociones de cocina para que los más pequeños, acompañados de sus padres, se familiaricen con los alimentos. Sin embargo, su oferta fuerte está pensada para niños y niñas desde 8 hasta 17 años. En Apetit’oh! cuentan con talleres semanales y temáticos de un sólo día en los que aprenden a hacer desayunos molones, pizza, bollería… En el curso ‘jóvenes chefs’ de duración mensual, aprenden a cocinar recetas sanas y originales de manera divertida. Finalmente, también cuentan con ‘Chef Camps’ para los días sin cole, talleres diarios de 9:30 a 13:30h en los que van cocinando y comiendo multitud de recetas: tradicionales, de otros países, dulces y repostería. Una forma deliciosa de pasar los días no lectivos. En esta escuela del barrio de Conde Casal apuestan por las clases prácticas, los cursos reducidos y, sobre todo, por hacer sentir a sus pequeños alumnos como si estuvieran en la cocina de sus casas.
A PUNTO, la escuela que también es librería
En A Punto (Hortaleza, 64 <M> Chueca), mientras los pequeños aprenden a cocinar un tajine de pollo con almendras, los adultos pueden hacerse con cualquier título culinario imaginable, y es que, esta escuela de cocina del centro de Madrid, también es una de las librerías especializadas en alimentación más completa de la Villa. El espacio está equipado con dos cocinas, una en planta calle y otra más grande en el sótano, las opciones para niños de A Punto apuestan por los cursos temáticos de cocinas del mundo. Bajo el nombre genérico de ‘Generación Chef’, los más pequeños pueden iniciarse en la gastronomía del Norte de África, Asia, Centro América o la vecina Francia, sin olvidarnos, por supuesto, de la rica y variada cocina de nuestro país. Además, el curso ‘cocina de laboratorio’, inspirado en la famosa tortilla deconstruída de Ferran Adrià, les introduce en la cocina molecular. En este curso, los niños y niñas aprenden a utilizar alginatos, texturizantes, ahumandores o sifones. Los talleres de A Punto están orientados a niños y niñas de entre 9 y 14 años, se realizan los sábados por la tarde y duran unas tres horas y media.
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