‘Teresa pon la mesa’, todos a meter las manos en la masa

‘Teresa pon la mesa, Isabel pon el mantel, Alberto los cubiertos, ¡y todos a comer!’. Poco imaginaba Teresa Gil que esa cancioncilla popular que le cantaban sus padres cuando era pequeña (y que ella detestaba) sería hoy un  concepto novedoso, divertido y familiar. Y es que en Teresa pon la mesa puedes aprender a cocinar tengas la edad que tengas, puedes acudir a talleres de cocina internacional, organizar eventos y sobre todo, disfrutar con amigos y familia en torno a los fogones de este enclave del barrio de Castilla. Eso sí, hay que ir dispuesto a meter bien las manos en la masa, lo de poner la mesa vendrá después.

Como forma de ocio, la cocina cada vez tiene más seguidores, pero en Teresa pon la mesa los niños tienen un lugar muy especial. ¿Por qué? Primero, porque es la mejor forma de aprender a comer y a valorar los alimentos y segundo, porque Teresa lo hace divertidísimo. Y es que cuando se les dice que van a hacer tacos, pasta fresca, pizzas, cupcakes o cocina saludable rica, rica, no hay que cantarles la canción ni convencerles de nada. Corren a lavarse las manos y con el delantal puesto y la mise en place ya aprendida, comienzan a cocinar. Teresa imparte estos talleres –ilustrativos y sencillos para ellos–, que además puedes adaptar a tu gusto, solo necesitas un grupo de mínimo siete personas y una idea, ella se encarga de llevarla a cabo.

Otra actividad ideal para los pequeños son las cooking parties. Como su propio nombre indica, son fiestas en torno a la cocina. Si es su cumpleaños, elaborarán su propia tarta, en Navidad harán dulces, en su fiesta de Halloween platos escalofriantes, y así todo lo que salga de su imaginación. Y si quieren celebrar por celebrar, son bienvenidos igualmente para pasar un rato distinto.

Si los niños quieren hacer las actividades solos, los padres pueden esperar relajados en un salón contiguo. Pero para los cocinillas que vean en la actividad un planazo, decirles que los talleres se pueden hacer en familia, incluso hay algunos diseñados para padres exclusivamente como el de papillas, el de introducción a los paltos sólidos y el de platos atractivos para niños. Además de charlas y cursos para aquellos que quieran ahondar más en los fogones.

El espacio es especialmente acogedor. Dos cálidos salones y una preciosa cocina de madera con azulejos blancos donde se desarrolla toda la acción. Pero si prefieres que la fiesta culinaria sea en casa, te montan el taller y la fiesta que elijas allí.

Y así, lo que para Teresa era sencillamente el placer cotidiano de recibir amigos y familia en su mesa, se ha convertido en un proyecto con nombre y apellidos, en una cocina que recibe a una familia cada vez más grande. Ah, y aquí lo que se cocina, se degusta, así que todos a poner la mesa.

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Desde 20-30€ el taller.

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